El Yeti no es mi padre

(Relatos, Cine, Música....)

Ella duerme y yo cuento los segundos.

No hay manera de descifrar el miedo que se siente, cuando de improvisto sientes que lo más bonito que tenias, parece desvanecerse como si nunca hubiera sucedido nada. Como si todo hubiera sido un sueño de dos años en el que todo era perfecto. Como si todo lo que tenias fuera lo único que necesitabas y merecias.

No hay dolor más agonizante que la muerte de un ser querido, pero ver que lo que más quieres se muere en parte y sin embargo sigue viva, pero no puedes volver a tocarla, que se escapa como el aire... Eso es mucho más doloroso que la muerte y el fin. Pues es un fin infinito que revolotéa y te hiere, por un tiempo indefinidamente largo y lento.

Ella está dormida... sus horas pasan rápidas, no siente el dolor. Pero sin embargo yo, cuento cada segundo como si fuera un minuto, cuento los minutos como si fueran horas y las horas como días. Cada segundo que pasa hace que me meta más y más en la oscuridad del miedo, del engaño, de la desconfianza. El miedo de la pérdida... Del desamor. Como un hombre que caba su tumba pensando que a muerto, muerto por dolor, muerto por amor.

Cuando una persona ama, no sabe que ama, hasta que la persona amada le dice que ya no le quiere... Cuando ve que la necesidad de tocarla se vuelve vital, que la necesidad de verla se vuelve mortal... Sin embargo ella duerme, sus horas pasan rápidas, no siente el dolor. Y yo cuento los segundos.... Segundos.... Segundos.... Segundos.... Segundos.... Segundos....

Ella rie, canta, baila, habla... Esta hermosa y se divierte mientras yo cuento los Segundos.... Segundos.... Segundos.... Ella ya no llorará más, ella ya no verá el dolor enterrado, el miedo que he escondido en lo más profundo de mi alma, para procurar que ya no se me escapen más lágrimas. Quiero dejar de contar los segundo, pero se que después vendran los minutos... después las largas horas... los interminables y horrorosos días y las infinitas semanas. ¿Cuanto durará esto? ¿Cuando se dará cuenta de que la necesito más que a nada? ¿Cuando decidirá lo que esta bien y lo que está mal? ¿Cuando decidirá lo que siente por mi?

¿Cuando acabará este dolor? ¿Cuando luchará por hacerme sonreir?

Si ella no lo sabe, yo tampoco. De momento, contaré los segundos, Segundos... Segundos... Segundos... Segundos...................