El Yeti no es mi padre

(Relatos, Cine, Música....)

N6

Hace años, al amanecer, miraba asombrado el reloj, pensando en mis adentros lo rápido que se había pasado el tiempo y lo tarde que era. Hoy, ver salir el sol ya es natural para mi. Hemos crecido, fuertes sin duda, siempre dormimos para ser perfectos y hacer que perfecto sea el día siguiente. Por lo cual yo tengo un defecto. No sé dormir, no puedo, no me sale, no quiero.
No tengo miedo a la noche, tal vez sea un amor sólido hacia ella y me cuesta abandonarla. O tal vez sólo sea una actividad neuronal acelerada, que me impide descansar hasta casi entrada la mañana.
Si más no. Es ella, que de manera natural y casi inconsciente ha curado una parte de mi, que casi había olvidado.

El sueño. Casos de hombres ambiciosos que llegaron a estar 20 días sin dormir ni un sólo segundo, llevándole eso a una locura parcial y a un descanso merecido de tan sólo 14 horas.

Hablamos, la lengua no respira cuando se mantiene activa... Horas y horas, para entender, que en realidad jamás llegué a enterrar mi faceta sentimental y romántica, sólo la cubrí con espelta, para que pudiera seguir creciendo de manera silenciosa. Un curso intensivo de sentimientos desbocados, que no se detiene. Ante un sentimiento despreciado, de manera defensiva ante cualquier acto.

Ella me habla y yo respondo.
A la luz de las farolas anaranjadas de las calles de Barcelona, ella no se da cuenta, pero cada palabra que produce es un baile de labios que me lanzan, impulsado hacia lo más profundo de mi corazón. Y no se cansa y se me eriza el pelo. Sigue hablando y yo atontado, respondo de manera automática y sin esfuerzo. Siento que funciono. Que funciona. Intercambiamos secretos, dudas y respuestas. Me rasca la fina capa que cubre mi yo para abrirme. Ella no sabía que lo haría. Pero lo hice.

Sé que nuestra voz baja retumba inevitablemente sobre los edificios. ¿Cuantos nos estarían escuchando? Pero seguimos hablando, y me desnuda, me desnuda en el tercer vaso de vino...

Entonces. Siento un "Crack" dentro de mi, y entiendo que la membrana se ha roto del todo... Sonrío levemente ante esa sensación. Ella no se percata... Pero yo me siento vivo otra vez.

De golpe. Como si alguien hubiera decidido robarnos horas, hizo salir el Sol. Y el barullo de la calle empezó a despertar... Y por fin ella, sin saber lo que había hecho en mi, se dejó llevar por el sueño y cayó cansada sobre la cama. Se durmió. Contemplé un instante cómo la primera luz del amanecer brillaba en su cara. Y satisfecho me acosté a su lado.

Me dormí.

Y recuerdo que soñé: No te vayas, deja que esto dure siempre. Quédate conmigo.

3 comentarios:

Es precioso... Tus palabras emocionan. ¿Quién no ha tenido esa sensación alguna vez?

¿Noche 6?

 

N6, es el bus de nit que pasa toda la noche por mi casa cada 20 minutos. :)