El Yeti no es mi padre

(Relatos, Cine, Música....)

Un año nefasto y yo con los lagrimales muertos.

Me duelen los ojos, nunca había sentido como se llenan los lagrimales, sin poder vaciarlos. Me pesan los pasos, porque no puedo llorar.
No entiendo el cuerpo, no comprendo mi cuerpo. Una necesidad, que no se cumple, un acto puro que no se lleva a cabo, que no tiene final.
No puedo llorar y lo necesito.

Faltan tres días para navidad, y ha sido un año nefasto.

Llegó en calor en el 2010, el calor ambiente, y el calor febril interior. Un gran amigo desapareció sin dejar rastro, otro se me fue a vivir fuera, una hermana mia perdió al niño que llevaba dentro, mi abuela falleció en el hospital... y ella, después de 2 años me abandonó.

El calor se fue y llegó el frio, el frio ambiente y el frio, que me hiela el interior. Necesito llorar pero no puedo. Cuatro meses sin apenas comer, cuatro meses sin apenas dormir, han hecho mella en mi. Y lo noto. Pero no puedo demostrarmelo... Hay gente que por mucho menos se hunde, pero yo he seguido luchando. Pero almenos, me merezco poder llorar, poder llorar por mis amigos, poder llorar por la familia que nunca volveré a ver y por la que nunca conoceré, poder llorar por la persona que amé, poder llorar por mi. Porque si yo no lloro ahora, nadie lo hará por mí.

Vámonos a casa... Por favor.

1 comentarios:

Llora... llora cuando quieras. Aquí tienes un hombro.

Si todavía no has llorado... es porque todavía no ha llegado el momento.