El Yeti no es mi padre

(Relatos, Cine, Música....)

Una Historia sobre el Diablo (1ª Parte)

Un día cualquiera, común, como todos los días, el diablo se dejó caer en su gran trono de huesos y piel humana. Se pasó la mano por la cabeza y suspiró. Su lacayo, arrugado, esmirriado y feo se le acercó.
–Gran amo, gran angel horrendo que un día fue hermoso. Le noto tritste, apagado y pensativo... ¿Por qué se siente así usted, siendo el poder de los poderes, siendo el dios del mal injustificable?
¿Acaso no tiene solución a sus problemas?

El diablo no se movió, siquiera lo miró. Sencillamente chasqueó los dedos y su lacayo se prendió en llamas rojas, que se elevaban cerca de los dos metros del suelo y al cabo de un minuto insufrible, se redujo a un montón de cenizas. El Diablo se puso en pie, a la vez que un nuevo lacayo resurgía de un aro de fuego enorme.
–Yo le serviré mejor, señor de los señores. No tendrá razones para reducirme a cenizas, porque yo lo amo, lo amo mucho ¡Oh amo! ¡Le amo!
Otro chasquido de dedos hizo que el nuevo lacayo se conviertiera en nuevas cenizas. Al instante, otro sirviente resurgió de nuevo por el anillo. Empezó a solatar memeces, una detrás de otro, pero el diablo no le prestó atención. Se limitó a mirar por su ventana, vio el mundo que poseía. Vio Nueva York, la escena de dos NeoYorkinos atracando a una pobre anciana.
Vio México, como tres adolescents conducian ebrios a más de 160 por una calle peatonal, llevandose a muchas personas por delante.
Vio el Congo, como trés hombres de color violaban a una chica menor de edad.
Vio islandia, vio como la sangre roja de un chico joven manchaba la nieve, brotando de tres agujeros de bala.
Vio muchos más paises, todo eran desgracias, sonrió. Después perstó atención por primera vez a su nuevo lacayo, solo captó en final de sus palabras:
–¡Y podríamos cenar chuletas de cerdo! ¿O de cordero?
Otro chasquido de dedos le prendió fuego y al instante. Pero al en menos de un segundo, otro lacayo nuevo resurgía del anillo.
–¿Pero qué demonios pasa?– Gritó el diablo. –¿No puedo estar solo ni un minuto?
–Si quiere estar solo, sencillamente digalo... No hace falta que nos prenda fuego.
–¡Pues dejadme solo!
–¿Y por qué no intenta contame su problema? Tal vez se sienta mejor...
–No puedo contartelo... No lo entenderías.
–Pero señor...
–!!!YA ESTÁ BIEN!!!–Gritó con tanta fuerza que temblaron los mismisimos cimientos del infierno. –¡¡Vete al diablo!!
El lacayo le miró extrañadisimo ante la frase. Pero ese fue su último gesto, pués otro chasquido de dedos le hizo arder en llamas. Al instante salió otro lacayo, que prendió fuego, y otro, y otro, y otro, y otro, y otro y así durante dos días infernales, que equivalen a cerca de 6 horas y media en nuestra teirra.
Al final, cansado de tanto fuego, le pegó patadas el anillo, estiró con fuerza sus pilares y golpeó con fuerza su metal caldente, hasta que al final cedió, derrumbandose con fuerza como un animal de hierro y sangre en celo. Por un instante, después de mas de 2000 años de ruido estrepitoso y pitidos constantes de muerte y dolor, se sintió bien, se sintió en silencio, en calma, había logardo la calma que ansiaba, la calma que implorabla. Se sintió tan bien, que decidió sentarse y no moverse, e inundado de paz y tranquilidad se quedó en un estado meditabundo, invadido por un estado de inconsciencia, olvidó sus cometidos, dejando que el mundo se sumara con la paz y que los asesinatos, los hurtos, las violacines y las mentiras pasaran a un segundo plano insignificante durante más de 300 años...
Pero, después de tanto tiempo algo le inquietó, ese mal que sufrió 300 años atrás le volvió a llenar los poros y recorrió su cuerpo hasta lo más profundo de su negro corazón. Se despertó de un sobresalto, gritando con fuerza, haciendo que todo temblara de nuevo. En la tierra empezó a llover...
Se puso en pie rápidamente y dolido cayó redondo contra el suelo llorando sangre... Arduamente sé puso en pie y supo en ese instante que solo podía recurrir a un ser, un amigo que jamás le abandonaría, y decidió emprender la marcha de inmediato, sintió la muerte proxima y sintió miedo, mucho miedo....

(Continuará)

2 comentarios:

No entiendo, como va a sentir la muerte próxima? :O Oh oh, quiero leer más!!
Esta chulo, el diablo queriendo paz jeje Creo que va a ir a ver a Dios o algo así... es mi teoría... esta noche o mañana subirás más???? :D

LOVE YOU!

 

Mmmm... es curioso este relato. Un Demonio sintiendo pena? Mmmm... al final todos resultamos ser humanos, hasta los Dioses. Esperaremos su segunda parte.